¿Qué es la hematuria?
La hematuria se define como la presencia de sangre en la orina. Es frecuente en los niños.
Puede presentarse de dos maneras:
•la macrohematuria: la presencia de sangre en orina que es comprobable a simple vista;
•la microhematuria: es detectada tras realizar una tira reactiva o el sedimento urinario.
Es importante señalar que el color rojo de la orina no indica la cantidad de sangre que se pierde por la orina ya que sólo 1 ml de sangre en 1 litro de orina puede producir orinas de color rojo. Las orinas se ven coloreadas de color rosado, rojo, parduzco o color “coca-cola”.

¿Cómo se presenta?
La hematuria no es en si una enfermedad sino un síntoma. Puede acompañarse de otros síntomas como fiebre, dolor al orinar o dolor abdominal.

¿Puede prevenirse?
No hay forma de prevención, pero sí de diagnostico y tratamiento en algunas oportunidades y de un adecuado seguimiento en otros.

¿Qué hacer en caso de orinas de color rojo?
Es posible que el cambio de color se debe a sustancias ingeridas, como los colorantes alimentarios, la remolacha y ciertos medicamentos (rifampicina, complejo B, metronidazol) que dan color rojo a la orina de quien las consuma.
El primer paso es la confirmación de la hematuria. La prueba positiva de hematuria realizada con tira reactiva obliga a utilizar un análisis de orina para confirmar el diagnóstico.

Frente a la presencia de macrohematuria se buscarán antecedentes como traumatismos, infecciones o antecedentes familiares.
Si en un examen de orina se detecta hematuria microscópica, el médico examinará de forma exhaustiva al paciente, tomará la presión arterial y hará preguntas en busca de otros síntomas como actividades recientes y antecedentes de enfermedades en la familia.

Hematuria en niños
Si su hijo presenta hematuria microscópica pero ningún otro síntoma (como dolor, fiebre, lesiones cutáneas, dolores articulares), no se encuentran proteínas en la orina, y los estudios realizados son normales, se continuarán haciendo controles en orina para evaluar la evolución de la misma.

¿Cuándo consultar a un nefrólogo infantil?
Los niños en los que se detecta hematuria o proteínas en la orina deben consultar a un nefrólogo infantil. También deben consultar aquellos pacientes cuya hematuria microscópica no desaparezca al cabo de unos meses o que se acompañe de presión alta y otros síntomas. El especialista decidirá qué otros exámenes deban realizarse para confirmar la enfermedad.
Los exámenes iníciales serán:

  • análisis de orina completa y urocultivo;
  • análisis de sangre para determinar la función renal;
  • exámenes de orina para descartar la presencia de proteínas, calcio o creatinina (un desecho que se encuentra en la orina);
  • ecografía de riñón.

De acuerdo a los resultados anteriores podrán solicitarse otros estudios a determinar por el nefrólogo infantil.

¿Cómo se trata la hematuria?
El tratamiento de la hematuria en los niños depende de la causa. La mayoría de las veces, la hematuria no requiere tratamiento y puede autolimitarse.
En ocasiones en las que sí se requiere intervenir, el uso de medicamentos puede ser decisivo para la salud del niño.
La evaluación por un nefrólogo infantil es decisiva para establecer el origen de la misma y resolver, en consecuencia, la necesidad o no de tratamiento.

¿Cuáles son las causas de la hematuria?
Existen gran número de causas que la originan, y de pronóstico variable.
La forma de presentación varía en función de la causa:

  • Ardor al orinar, orinas frecuentes y hematuria se ven en infección urinaria baja (cistitis);
  • Fiebre, dolor abdominal y vómitos se ven en infección urinaria alta.

En ocasiones la hematuria puede acompañarse de presión arterial alta e hinchazón en cara párpados y piernas (edema, por retención de líquidos) como en las glomerulonefritis y también presentarse como macro o microhematuria en enfermedades familiares y cálculos renales.

Dentro de las causas más frecuentes están:

  • Inflamación de los glomérulos, estructuras microscópicas de los riñones que se asemejan a pequeños filtros (glomerulonefritis);
  • Cálculos renales (piedras o arenilla) e hipercalciuria (eliminación de mucho calcio por la orina);
  • Infección de la vejiga o del riñón;
  • Lesiones traumáticas en los riñones o en el tracto urinario;
  • El consumo de ciertos medicamentos, como algunos calmantes de venta libre;
  • El ejercicio excesivo (muchos atletas, en especial los corredores de maratón, padecen hematuria ocasionalmente).