Sabemos que el cuidado de los niños cuando los papás no están en casa es un aspecto que cada familia resuelve de acuerdo a sus posibilidades y a diversos factores económicos, culturales y afectivos.
Aquí intentamos ofrecer algunos consejos útiles a la hora de tomar esta decisión.
¿Qué tener en cuenta a la hora de elegir con quién dejarlos?
No dejarlos con personas desconocidas y menos aún con personas sin experiencia en el cuidado de bebés. Es necesario contar con referencias concretas y confiables sobre la persona que cuide a nuestros hijos.
No dejar a los niños al cuidado de adolescentes. Los adolescentes pueden tener una buena relación con los bebés pero no son necesariamente eficientes ante una situación de riesgo.
Indicaciones para la persona que cuide de nuestro bebé:
SIEMPRE
- Conversar y dejar por escrito (de manera clara y concisa) las indicaciones respecto a la ropa, la comida y, en caso de ser necesario, los medicamentos del bebé. Es recomendable que sean los padres los encargados de bañar a los bebés de pocos meses de vida antes de irse de la casa o bien a su regreso.
- Familiarizarse con toda la casa, especialmente aquellos lugares que son peligrosos.
- Comunicar con los padres rápida y permanentemente por teléfono. Conviene, siempre, dejar el número de teléfono de familiares, vecinos o amigos que estén familiarizados con los niños y, en lo posible, que vivan cerca por cualquier emergencia.
- Tener en un lugar visible los números de teléfono de emergencia: del pediatra, del centro asistencial pediátrico más cercano (público o privado), de la policía y de los bomberos, para que puedan acceder rápidamente a ellos en caso de emergencia.
- Consultar por teléfono de inmediato a los padres, ante cualquier situación que la persona que cuide al bebé no sepa cómo manejar o sobre la que no haya recibido indicaciones precisas.
NUNCA
- Tomar iniciativas personales respecto de las instrucciones sobre la ropa, la comida y los medicamentos (cuando sea necesario) del bebé.
- Abrir la puerta de la casa a nadie, salvo que su presencia le haya sido anticipada por los padres.
- Dejar solos a los niños dormidos o despiertos, ni siquiera un minuto, aun cuando sea una cuidadora habitual y experimentada.
El cuidado del bebé debe ser minucioso, tanto más cuidadoso cuanto más pequeño es. Nuestros bebés son muy vulnerables y dependen totalmente del cuidado que los adultos le tengamos.