¿Cómo conocer el estado de salud del bebé o niño a adoptar?
En muchas ocasiones se desconoce el estado de salud o historial clínico del bebé o niño a adoptar razón por la cual se ha llevado a implementar una batería de estudios estándar. Hoy en día, tanto en el hospital público como en la medicina prepaga o de obra social se han normatizado estos estudios para la investigación del SIDA, la Tuberculosis, el Chagas, entre otras enfermedades.
¿Cómo revelarle al niño que es adoptado?
Cuando llega el momento en que los padres adoptivos tienen que hablar acerca de la adopción con su hijo, la confirmación y reafirmación de su condición y de su origen, algunos sienten que no tienen fuerzas para afrontar la situación y van retrasando la revelación por temor a la pérdida del vínculo afectivo con el chico. Las familias no tienen por qué pasar por ese momento solas: el apoyo de los equipos multidisciplinarios está dirigido a reforzar la confianza en sí mismos y facilitar estasituación tan desafiante para todos sus miembros. Las angustias aumentan cuando el chico inicia una etapa de sociabilización por ejemplo cuando asiste al jardín de infantes, la escuela, clubes, etc.
Por suerte, hoy en día la difusión que adquiere la adopción como hecho concreto a través de los medios de comunicación, ha abierto aún más las mentes de los padres adoptivos, ahuyentando los miedos de la misma manera que se ha generado un reconocimiento de los pares cuando sus compañeros adoptados han dado a conocer su condición de tal en las aulas.
¿Cuáles son las particularidades en la adopción de niños mayores de 2 años de edad?
En primer lugar, los adoptantes recibirán a un niñoque no sólo no fue gestado por ellos, sino que tampoco es un bebé. La adopción de niños mayores genera vivencias, fantasías y temores específicos, pues los adoptantes temen a la repercusión y al impacto negativo del medio ambiente anterior sobre su cuerpo y su comportamiento. El niño que es adoptado de grande ya ha establecido vínculos con distintos adultos que intervinieron en su proceso de crecimiento. Trae un bagaje genético y formas de ser, costumbres adquiridas durante su permanencia con los diferentes adultos con quienes fue conviviendo. Generalmente, se aferra por necesidad a juguetes o algún objeto que lo vincula con sus vivencias y con la familia biológica o con el hogar de tránsito.
En este sentido es fundamental que el niño pueda expresarse y conversar sobre las experiencias pasadas, recordarlas y comprenderlas.Podrá reconocer que los adultos con los que ha tenido contacto hasta ahora no fueron el único modelo y que recibirá otras maneras de cuidado y protección.
¿Cuáles son los temores de los padres adoptantes cuando el niño ingresa en la adolescencia?
Durante la adolescencia vuelven viejos temores y cobran nuevos sentidos tanto para el adolescente como para los padres adoptantes. Ante el deseo de independencia propio de la adolescencia, reaparecen en los padres miedos de ser abandonados por su hijo; emociones que no les permiten diferenciar entre la necesidad que tiene su hijo de saber sobre su origen y la probabilidad del abandono.
Otro de los temores que presentan los padres adoptantes es que el hijo se identifique con los padres biológicos, o bien que puedan vivir la sexualidad adolescente como pecaminosa o peligrosa, o que presenten miedos a embarazos accidentales.
Además, los cambios físicos y psíquicos del adolescente repercuten en los padres adoptantes, que si privilegian lo consanguíneo, pueden generar situaciones de vivirse y de vivir al hijo como un extraño. Si hubiere conductas de desenfreno o de violencia en el adolescente, puede suceder que estos padres se las atribuyan a lo heredado.
Es muy común que el adolescente adoptivo, en la búsqueda de valores e ideales y en la construcción de su identidad y sus orígenes, diga o piense que “mis padres son otros”, “ustedes no son mis padres”. En las circunstancias de la adopción los “otros” existen y tienen fantasía de encontrarlos.Necesita buscar información y a veces logra tomar contacto con sus padres biológicos aunque en general decide y elige seguir conviviendo con su familia adoptiva. Es la reafirmación de que reconoce a los adoptantes como “sus padres”.