¿Qué son los Trastornos del Espectro Autista (TEA)?

Los trastornos del espectro autista(TEA) son condiciones que afectan el desarrollo cerebral temprano, es decir, desde que el bebé está en el útero. Se hacen cada vez más evidentes a medida que los niños crecen y maduran.

Se manifiestan antes de los tres años con dificultades en la comunicación, la interacción social y la conducta. Son trastornos que se presentan de formas diferentes en cada persona.

¿Es un problema frecuente? ¿A quiénes afecta?

Los TEA afectan aproximadamente a 1 de cada 100 personas y se presentan en todos los grupos raciales, étnicos y socioeconómicos. Son casi cinco veces más comunes en varones que en mujeres.

 ¿Por qué es importante detectar tempranamente los TEA?

Una de las características del cerebro y el sistema nervioso es la llamada “neuroplasticidad”. Cuanto más pequeño es un niño, mayor capacidad de aprender o de reparar un daño tiene, porque la plasticidad de su cerebro es mayor. Hay investigaciones que demuestran que cuanto antes se identifique una alteración en el neurodesarrollo de un niño, más posibilidades existen de mejorar su evolución y pronóstico. A los 18 meses suelen ser evidentes la mayoría de los síntomas de TEA.

 ¿Cuáles son las señales de alerta de TEA a los 18 meses (un año y medio de vida)?

  • Le cuesta mantener el contacto ocular con otras personas
  • No habla y no muestra interés por comunicarse
  • No responde cuando se lo llama
  • No sigue instrucciones
  • No utiliza su dedo índice para pedir algo que necesita
  • No utiliza su dedo índice para señalar algo que le interesa
  • Algunas veces parece escuchar y otras no
  • No sabe cómo jugar con juguetes
  • Prefiere jugar solo
  • Parece estar en su propio mundo
  • No se interesa en los otros niños
  • No sonríe como respuesta a la sonrisa
  • Se irrita ante sonidos como la licuadora, la aspiradora, etc
  • Tiene intensos y violentos berrinches
  • Tiene movimientos extraños: aletea, camina en puntas de pie
  • Dejó de decir palabras que había aprendido o perdió el interés por los demás

Hay síntomas más tempranos, que tienen que ver con la falta de contacto visual y de intención social, que ya pueden observarse en los bebés antes del año de vida, entre los 6 y los 9 meses.

 ¿Cómo identificar rápidamente señales de alarma?

Existen instrumentos llamados “de pesquisa” que permiten identificar rápidamente niños que tienen señales de alarma y que deberían recibir una evaluación. El más conocido en Argentina es el M-CHAT (lista de chequeo en niños pequeños). Es un cuestionario con preguntas que los padres pueden responder y permiten al pediatra identificar tempranamente signos de riesgo. Este chequeo debería utilizarse en el control de salud de los 18 meses.

Es importante saber que el M-CHAT no sirve para hacer diagnóstico de TEA, sino que indica señales de alerta en el desarrollo de un niño pequeño.

 ¿Qué hacer si tengo una sospecha?

Si usted cree que su niño puede tener un trastorno del espectro autista o que tiene problemas en la manera en que juega, aprende, habla o actúa, recomendamos consultar con su pediatra quien eventualmente remitirá a un especialista (pediatras del desarrollo, neurólogos infantiles, psiquiatras infantiles) para que realice una evaluación más completa del niño.

Principales áreas donde se observan dificultades:

Comunicación y lenguaje:

Puede variar desde la ausencia de desarrollo del lenguaje y de habilidades de comunicación no verbal (mirada, gestos, uso de la mano para señalar) hasta un desarrollo del vocabulario rico pero con severas dificultades para comunicarse con otras personas.

Los niños con TEA:

  • Suelen hablar más tarde que los demás;
  • No miran a la cara cuando se comunican;
  • Alrededor de los 2 años no señalan para pedir, sino que suelen llevar la mano de la persona hacia lo que desean;
  • Se muestran como niños “muy independientes”;
  • No señalan cosas que les interesan para compartir una emoción.

Interacción social

Pueden observarse grados diversos de dificultad para comprender el estado emocional de los demás, desarrollar amistades y mantener vínculos afectivos.

Los niños con TEA:

  • No muestran interés por otros niños de su edad;
  • Desarrollan un juego solitario;
  • Hacia los 2 años no usan los juguetes adecuadamente (por ejemplo, juegan a hacer girar la rueda de un auto, pero no con el auto entero simulando que hace ruido, o que se mueve por una pista).

Conducta

Pueden presentar conductas rígidas y dificultad para adaptarse a los cambios. Tienen interés por pocos juegos o temas.

Los niños con TEA:

  • Suelen tener berrinches fuertes;
  • A veces tienen movimientos raros con las manos, caminan en puntas de pie o muestran otras conductas atípicas.

Además, las personas con TEA pueden tener grados variables de:

  • Nivel cognitivo: pueden tener algún grado de discapacidad intelectual, inteligencia promedio o, en algunos casos, inteligencia superior.
  • Procesamiento sensorial: es la manera en que el cerebro procesa la información que proviene de los sentidos (audición, vista, tacto, olfato, gusto, propiocepción -percepción del propio cuerpo: articulaciones, músculos, tendones- y sistema vestibular -percepción del movimiento-). Como consecuencia de este procesamiento, el sistema nervioso organiza respuestas adaptadas: movimientos, palabras, etc.
    • Pueden tener baja sensibilidad al dolor
    • Mucha sensibilidad a los ruidos
    • Dificultades para aceptar ciertas texturas o alimentos diversos
  • Formas de presentación: los síntomas pueden estar presentes desde el nacimiento, o bien hacerse evidentes alrededor de los 12 a 18 meses, con pérdida de pautas de desarrollo que el niño había logrado (lenguaje, contacto visual, interacción social).
  • Problemas médicos asociados: problemas gastrointestinales, inmunológicos, metabólicos, síndromes genéticos, etc.

¿Se conoce la causa?

Sabemos que no existe una única causa. Existe por un lado algún grado de predisposición genética y  por otro, factores ambientales que desencadenen los TEA (vínculos, estímulos, sustancias tóxicas, por ejemplo).

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento consiste en una serie de intervenciones destinadas a mejorar las áreas donde hay desafíos, apoyándose en las fortalezas de cada individuo.

Para el tratamiento de un niño con TEA se requiere la participación de varias disciplinas que trabajen conjuntamente con la familia: fonoaudiología, psicología, terapia ocupacional, psicopedagogía. Algunos niños con TEA tienen necesidades educativas especiales y se benefician con la presencia de un acompañante en el aula o una maestra integradora.

Resulta también muy importante el tratamiento de los problemas médicos asociados que puedan existir.